Claves de liderazgo en las organizaciones

La cuestión sobre el liderazgo en las organizaciones no es un tema baladí, de hecho es este es el elemento principal a la hora de dirigir las compañías y establecer una cultura organizativa que se alinee con la misión y la visión de cualquier organización.
El primer elemento fundamental para desarrollar un liderazgo con éxito reside en entender cuál es la estructura organizativa de la empresa y si esta está siguiendo la estrategia planteada. Como afirma Alfred Chandler en su libro «Strategy and Structure: Chapters in the History of the Industrial Enterprise» la estructura, entendida como el sistema vertebrador, el organigrama o el sistema de jerarquías de la compañía, si no sigue la estrategia puede generar falta de coherencia, ineficiencia operativa entre otros desafíos como la falta de ajuste a las necesidades dinámicas del mercado. En una agrupación funcional cada departamento o sección está especializado en su ámbito, lo que permite que se realicen los procesos de una forma más rápida y automatizada, donde es en el superior jerárquico a quien corresponde decidir y tomar la mayoría de las decisiones. El problema que puede surgir es que haya una sobrecarga en la cúspide sobre toma de decisiones estratégicas que además en muchos casos pueden ser contrarias a la de otras secciones perjudicando así las relaciones horizontales entre estas. Por ello, es fundamental implementar mecanismos de coordinación adecuados y ello, principalmente es responsabilidad del líder o directivo. En unidades de menor tamaño o de span de control estrecho primará la supervisión directa o la normalización/estandarización de procesos y en agrupaciones producto mercado la normalización de outputs o habilidades. En ambas, es fundamental que sea el vértice estratégico el que defina claramente dicha estructura porque de no ser así, no estaría alineada esta con la estrategia de la empresa.
El segundo elemento fundamental para que concurra un liderazgo con éxito es la relación entre el núcleo de operaciones ya no con el vértice estratégico sino con la línea media, es decir, el conjunto de directivos con autoridad formal. Atendiendo al modelo de Hackman y Oldham hay tres elementos importantes a considerar para aumentar la performance de los trabajadores. La primera de ellas es el significado del trabajo i.e. cómo percibe el trabajador que su labor aporta valor a la organización, además de qué trascendencia tiene la actividad que ejerce. Seguidamente interviene la autonomía que tiene dicho trabajador a la hora de realizar su trabajo y su grado de libertad, si hay una gran supervisión directa o si se deja espacio a que sea el propio trabajador el que adquiera la responsabilidad. Un ejemplo de este podría ser cualquier tipo de burocracia profesional e.g. despacho de abogados, consultoría, donde dichos profesionales tienen libertad a la hora de ejercer su trabajo aunque tengan que seguir unos procesos formales. En tercer lugar, se haya la retroalimentación, es decir, el feedback que reciben dichos trabajadores por la labor realizada y en qué grado se premia o se valora la actividad que desempeñan.
En conclusión, es fundamental que un líder tenga en consideración no solo factores técnicos y estructurales sino también los humanos para poder alcanzar la excelencia operativa y por ello cobran relevancia autores de la segunda mitad del siglo XX como Chandler o Hackman ya que como dijo Mark Twain “la historia nunca se repite, pero a veces rima”.

Artículo cedido para el ágoradelpensamiento
Autor: Antoni Lorente González

Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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