Capital humano

El capital humano es un factor empleado en la teoría económica que se refiere a la formación, experiencia, conocimientos y habilidades que se ponen en disposición para un proceso productivo o una actividad económica. Según el Grupo Banco Mundial en su informe 2020 Capital Index se afirmó que España obtenía un 0,73 en una escala de 0 a 1 sobre capital humano, situándose en el puesto 29 del mundo y por debajo de países colindantes como Francia o Portugal. Las cuestiones que destacan sobre este tipo de producción son el por qué cada vez más, los jóvenes y generaciones futuras perduran menos tiempo en sus puestos de trabajo que en generaciones anteriores, cuál es el factor que está causando el llamado “The Great Resignation” o el auge de las denominadas “softskills”, que han obtenido un papel fundamental en las contrataciones laborales.
Abordando la primera cuestión planteada es de vital importancia darse cuenta de cómo ha cambiado la sociedad y qué nuevo paradigma hay acerca del mercado laboral. Desde finales de los 80 y toda la generación Z la sociedad ha sufrido una gran individualización. A tenor de la postura de Ulrich Beck, ha habido una mayor preocupación por la autorrealización del yo y una desvinculación sobre las instituciones tradicionales como el trabajo. Por ello, las compañías tienen que entender el cambio social que ha sucedido, donde el trabajador busca la personalización de su propia vida, su autorrealización y para ello es fundamental que las empresas se adapten a los cambios y entiendan que, si se quieren trabajadores con motivación, con alicientes, que busquen las mismas metas que la compañía, es fundamental entender las claves de la sociedad neomoderna. Es de vital importancia destacar, como afirma Zygmunt Bauman la tendencia hacia una sociedad líquida, una sociedad donde hay una inconsistencia de valores e ideas, que inducen a un relativismo moral pero que a la vez permiten una fácil y rápida adaptabilidad al cambio. Un claro ejemplo de ello está siendo las renuncias de trabajo en Estados Unidos. Alrededor de 4 millones de personas ya han renunciado a su trabajo para montar su propio negocio. Cerca del 2,7% de toda la fuerza laboral de USA ha decidido adaptarse al cambio que supuso la pandemia. Muchas personas, entre ellas cargos ejecutivos, que no sentían como suyo el proyecto común de la empresa y el de ellos, dejaron sus puestos. Según una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Pew en Washington la mitad de ellos afirmaba que el motivo principal de su dimisión era el cuidado de los hijos derivado de la poca flexibilidad. Por causa de estos hechos, los equipos de recursos humanos y los técnicos de contratación no buscan las habilidades o la formación académica, sino que valoran más las “softskills” que el puro conocimiento técnico. Esto viene dado por la necesidad por parte de las empresas de encontrar capital que busque un compromiso a medio y largo plazo con la empresa, que pueda involucrarse y que perdure. Derivado de la sociedad líquida y la primacía de la autorrealización en muchos casos las habilidades como la empatía, la resiliencia o el compromiso han cobrado mucha más relevancia que las habilidades técnicas que pueden aprenderse con el paso del tiempo. Por ello, cabe resumir que es de vital importancia estudiar la evolución del capital humano en la historia y entender la gran importancia que tiene un trabajador que va en concordancia con la misión y la visión de la empresa.

Artículo cedido para el ágoradelpensamiento
Autor: Antoni Lorente González

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Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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