No hay realidad sin perspectiva

La mirada de lo que nos acontece en la vida ante cualquier situación, estado o circunstancia, determina al ser humano su punto de vista tanto a nivel de pensamiento, opinión y forma de sentir.
Es aquella percepción de la realidad desde el conocimiento tangible y la certeza de lo ya existente. Una comprensión intrínseca por medio de la razón y su esencia innata con caracteres y vínculos establecidos.
Ya que todo lo que «es o está» va relacionado con cualquier acción, disposición o cuestión. Las personas hacemos unos razonamientos y análisis desde un prisma conceptual particular de criterio y juicio. Ante ello estamos poniendo de manifiesto que no hay «realidad sin perspectiva».
Una condición humana que a través de la tarea de sus actuaciones siempre buscan expectativas en la labor y consecución de sus logros y metas.
Es a partir de la veracidad de sus creencias y su visión de las cosas como van transmitiendo la certidumbre tal cual es, sin cortapisas ni obstáculos. Un verdadero camino de emprendimiento para conseguir una visualización de autenticidad.
Nuestra existencia natural en la vida debe conllevar la sinceridad en su plena expansión y mejor forma de aportación ante cualquier punto de vista diferente por medio de sus variados prismas de expresión, percepción y entendimiento.
Estamos viendo que en el paisaje de la vida, la verdad nos contribuye a adquirir una óptica que nos acerca más a la realidad mediante sus distintas perspectivas y aspectos de ver las cosas. Una vista más imparcial de justicia y objetividad que nos traslada a un ángulo de percepción como suceso tangible.
Es la evidencia manifiesta tal como es, plasmada en el horizonte más fiable y creíble como efectiva cualidad de mirada humana sobre la vida y su valor consustancial.
Una apariencia de representación que nos abre a un abanico de posibilidades y facetas a desarrollar que se encaminan en el encuentro del significado de las cosas a partir de su dimensión más cercana que dotan de sentido a lo que vemos y percibimos.
Hay que partir de la base de que «las cosas son como son», e inquirir en la focalización de la perspectiva nos aproxima mejor al conocimiento desde sus múltiples expresiones en su estado existencial y natural.
Toda certeza visible tiene la validez de la mirada con sus imágenes, sensaciones e impresiones que dan un aspecto movible en función de sus modificables aspectos. En un tratamiento de lo que nos concierne, y que adquiere un valor relativo fruto de la óptica que impregna el prisma de nuestro parecer. Una clave necesaria que requiere de todos los elementos que lo doten del juicio relativo en sus vertientes, facetas y formas de considerar las cosas a partir de sus diferencias heterogéneas. Aquellos rasgos, características y circunstancias que nos aproximan ante horizontes y panorámicas con nuevas escenas que se ajusten tal cual son. Unas acciones que requieren de una capacidad racional humana especifica, sin obviar la complejidad del entendimiento y la mirada propia.
Bien es sabido que la visión (comprensión del entorno) particular o modo de considerar un asunto o aspecto puede ser valorado de forma contrastada por los individuos, también es primordial que la imagen que tengamos para su enjuiciamiento no distorsione su significado real y su nitidez con toda su claridad, independientemente de un plano analítico que conforman las maneras y modos de interpretar las realidades desde cualquier perspectiva. Una expresión en estado puro de una concepción de la realidad por medio de un modo personal propio y subjetivo acorde a nuestra apreciación y óptica determinada.
Después de haber hecho un análisis detallado ante las cualidades y características de la realidad y su perspectiva podemos extraer una conclusión inequívoca de valoración y conclusión siguiente:
Si una misma realidad se puede ver y contemplar desde perspectivas diferentes, sus diferentes enfoques nos acercan a la realidad desde su panorámica más real. Aquella que nos obliga a un ejercicio de acción que busque la verdad desde el «todo» y no solo desde la «parte». De esta manera nos acercaremos a la realidad desde una perspectiva más próxima y autentica.
La perspectiva en la vida nos acerca más a la realidad en su conjunto, mientras que la realidad sin perspectiva nos aleja más de ella.

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Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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