Dentro de las organizaciones empresariales encontramos tres pilares básicos y fundamentales que fomentan la mejora de sus procesos organizacionales, ya sean endógenos o exógenos, a tres distintos niveles: productivo, comercial y de estrategia. Cada uno representando un ámbito distinto, abarcando desde la calidad laboral hasta las políticas corporativas, pasando por el crecimiento personal de los equipos humanos que integran el conjunto de la organización.
Centrándonos en el crecimiento personal como valor en la empresa, no hay nada nuevo en la idea que empleados felices incrementan el beneficio neto de las empresas, pero, ¿cómo construir una cultura corporativa que potencie el sentimiento de responsabilidad e implicación personal de cada trabajador? Y lo más importante: ¿Qué coste implica esta decisión?
Más allá de intentar tomar control de los empleados imponiendo procedimientos o imitaciones, las empresas deberían potenciar el desarrollo personal de cada uno de ellos, a todos los niveles. Los trabajadores son la energía de la cual se nutre una compañía; los trabajadores más caros para una empresa no son los que más ganan, sino aquellos que son improductivos.
La orientación hacia un desarrollo eficaz de todos los empleados conllevaría al crecimiento pleno de todas sus capacidades, incluyendo finalmente el desarrollo de su potencial en el trabajo, ya que crecimiento personal y éxito van de la mano.
¿Cómo gestionar este cambio? Para afrontar una nueva definición a niveles de cultura de empresa, debería haber una redefinición de sus estrategias organizativas, donde los equipos de RRHH implementaran políticas centradas en potenciar las habilidades y puntos fuertes de cada uno de sus trabajadores, en lugar de focalizarse en sus debilidades. De esta manera, la orientación a resultados se haría cada vez más fuerte en la actitud del empleado, el cual elevará su rendimiento, buscando la autoexcelencia y evolucionando hasta la autosuficiencia. Excelencia entendida como la búsqueda constante de la calidad y el mejor desempeño, como una proyección de sus metas profesionales. Autosuficiencia simbolizando el uso de actitudes y aptitudes para una visión estratégica y de futuro real.
El crecimiento personal como valor en la empresa
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M’ha agradat molt l’article. És una llàstima que en aquest pais, i més en èpoques de crissis, els empresaris segueixin optant per nòmines més barates i no amb personal qualificat a nivell humà i amb una ètica professional ja que avui en dia a nivell de RRHH hi ha moltes maneres de fer-ne un bon buidatge a l’hora de triar un empleat productiu i eficaç en la seva feina. Segueix amb els teus articles amb força i no desestimem el fet d’arribar a ser tots plegats GRANS persones i GRANS treballadors de manera que treballant el nostre Creixement Personal com a hàbit quotidià arribem a tindre TOTS l’èxit projectat a les nostres vides.
El ámbito social en que se desenvuelve la empresa actualmente, no invita precisamente a tener en cuenta ni la felicidad del trabajador ni la ética profesional del mismo ni la responsabilidad social empresarial que deberían existir y ayudarían sin duda a que su planteamiento, Antonio, pudiera llevarse a cabo sin ser una hazaña. Si el ámbito imperante es el denominado liberalismo económico o mejor llamado, capitalismo salvaje, es decir: Solo y exclusivamente pensar en el máximo beneficio, no vamos por buen camino y la prueba es como nos va socialmente.
Una lástima de sociedad civil a causa del concepto de la mercantil.
La verdad es esa ; el capital humano es la base de todo; desgraciadamente en la actualidad para el patrono y el empleado la empresa es solo una excusa de los unos para no hacer nada y de los otros para llorar por la falta de plata; la cultura empresarial esta destruida y todo por una mala redistribución del ingreso en donde aquellos que nada hacen y se la pasan de oficina en oficina haciendo visita son los que se llevan todos los galardones; esos mal llamados gerentes y directores de cajón son el dolor de cabeza para que la organización empresarial regrese al lugar ideal.
Un producto de lata calidad y competencia necesariamente debe venir de un gran equipo de trabajo organizado y consciente de su rol y de una clase dirigente consciente de que todos los miembros del equipo deben recibir un salario adecuado por su colaboración y trabajo en pos de lograr los resultados previamente fijados; el producto final refleja el trabajo en equipo, el producto final somos todos los entes de la cadena productiva.
Pertenecer a una familia empresarial es un gran beneficio para todos y todos debemos cuidar de que esta familia se respete y se cuiden unos y otros como verdaderos hermanos.
Es imposible lograr un producto de alta calidad cuando las fuerza son opuestas y solo se buscan para agredirse y echarse culpas el uno al otro como en un juego de ping-pon.
Nuestra recomendación es que empecemos a hablar seriamente del significado de la identidad empresarial y hasta adonde esta practica ha de beneficiar a todos por igual.
Ser parte de un equipo de alto rendimiento – compromiso- colaboración permanente y trabajo continuo ; es un alto honor para todos.
Contribuyamos a conformar la familia empresarial como se debe ; en donde cada uno es parte integral del engranaje y se le respeta y considera como parte de un todo.
Que lejos estamos de esta gran realidad ; es hora de retomar el rumbo y enderezar el camino para convivir en armonía y como verdaderos hermanos.