Calidad laboral en la empresa

La filosofía de las empresas determinan las formas de entender, dirigir y gestionar sus estructuras dentro de las organizaciones empresariales. Una de las equivocaciones más frecuentes que incurren es a través de sus líderes y mandos de dirección como consecuencia de actitudes erróneas en su gestión de gobierno, entre ellas: la perdida de tiempo en estrategias, políticas corporativas y planes de actuación y desarrollo cortoplacistas sin visión de futuro que conducen al fracaso y que no conllevan aportaciones de inversión en medios de mejora interna social y humana de su calidad laboral.
Si el capital humano de una empresa es su mejor activo. ¿A que esperan las empresas a realizar políticas adecuadas y encaminadas a su desarrollo? La calidad laboral aumenta la motivación, la operatividad y el espíritu de sacrificio estimulando la creatividad y la iniciativa de todo su colectivo humano. Además de servir como aportación en el beneficio de todos los procesos de trabajo esenciales para mejorar su productividad mediante la sincronización interdepartamental de toda su pirámide humana organizativa.
Si la economía y la empresa van de la mano. La calidad laboral es el valor añadido que genera la mejora de la eficiencia, la competitividad de las empresas y la rentabilidad económica de las mismas. Todo ello sirve como camino y búsqueda de la excelencia, clave que marca la diferencia entre las empresas y las organizaciones. Los errores internos de una empresa se convierten en los aciertos de sus competidores en el mercado.

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Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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2 respuestas a Calidad laboral en la empresa

  1. Hola amigos míos y tu LORENTE AL DÍA que traes a colación este importante tema; hablar de calidad laboral en estos tiempos en donde la familia empresarial ha perdido todos los rasgos y mas bien parece una contienda que se extiende en el tiempo en donde ambos son enemigos consuetudinarios y los objetivos que se persigues se salen del contexto; cada uno va por lo suyo sin importarles mucho la empresa – el producto final – y las perspectivas de crecimiento en un mercado altamente convulsionado en donde todos estamos en riesgo de quedar vacantes en cualquier momento.
    La redistribución del ingreso sigue siendo la piedra angular del cuento; si remuneramos de mejor forma a nuestro equipo humano tendremos la opción de tener un mercado mas poderoso y con mas disposición al gasto; así podremos abrir el abanico de expectativas y brindarle al mercado los compradores que le permiten evolucionar y seguir creciendo sin muchas complicaciones; pero si limitamos el ingreso del trabajador implícitamente estamos limitando el crecimiento del mercado y solo serán losa dueños del «Balón» quienes estén en capacidad de comprar e imprimirle cierta dinámica al mercado.
    El elemento humano es vital para hablar de empresa – producto – calidad – permanencia en el mercado y darle un sentido social al proceso.

  2. La calidad laboral nace del mérito y esta de las competencias del personal para dar respuesta a los requisitos de los clientes, pero ante todo del liderazgo ejemplar del equipo directivo. En su rol debe presupuestar y proyectar mejores remuneraciones y un crecimiento continuo del perfil personal y profesional. Es un principio básico del sistema capitalista que los clientes tenga capacidad de compra y de endeudamiento,…mientras las políticas solo concentren las utilidades en las grandes familias de propietarios y estos no sean equitativos ni justos estas empresas serán siempre objeto de sobre costos y atraso tecnológico y social. El capital humano y las capacidades de la empresa dependen del equilibrio equitativo en la remuneración, de incentivos y reconocimientos a la creatividad y el trabajo colaborativo de tal suerte que favorezca la familia y su bienestar integral. Con familias integradas la sociedad prospera y logra la paz y la convivencia social. El Director general por más dueño que sea del negocio, si no tiene las competencias para ser gerente solo conduce al caos organizacional y malestar del clima laboral porque tiende a imponerse según sus caprichos, estado de ánimo o intereses particulares y no a los esquemas ordenados que demanda un verdadero sistema de gestión diseñado y gestionado por profesionales de la Administración Pública o privada, según el caso.

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