El ser humano se encuentra en un periodo constante de evolución, pero: ¿sabemos evolucionar como personas acorde a nuestro propio autoconocimiento?
Toda transformación personal necesita el análisis de nuestros sentimientos subjetivos. Aquellos en que conocemos nuestras virtudes de fuerza y firmeza, pero también de aquellas creencias que tenemos en nuestras decisiones y aspectos en los que fallamos.
La introspección personal ha de servir como distintivo de naturaleza propia que nos defina como seres humanos. Una descripción interior de nuestros sentimientos y acciones que nos ayuden en nuestro desarrollo, crecimiento y progreso personal.
No hay cambio en la evolución de una persona que no requiera del análisis de nuestras fortaleza y debilidades.
Nuestras capacidades son la base y escudo que nos ayudan a enfrentarnos ante los obstáculos y las adversidades.
La virtud de la introspección personal nos aporta solidez y firmeza en nuestros actos y quehaceres diarios que emprendemos. Nos mantienen firmes y nos genera plenitud de vida.
Si buscamos la transformación del alma, necesitamos un desarrollo interior que nos haga crecer y progresar a nivel humano.
Es en el análisis de nuestras emociones y situaciones propias donde podemos examinar aquellas debilidades que nos frenan en nuestras decisiones y nos hacen ver todos los aspectos en los que fallamos.
El autoconocimiento es la base y origen de los cimientos de nuestra persona con sus pros y contras. Un fundamento a modo de apoyo que nos sirve de puntal para avanzar y mejorar. Además nos aporta el impulso necesario y nos dota del estímulo para desarrollarnos y crecer.
Si nuestras debilidades son sentimientos subjetivos de creencias y vacíos personales que nos atormentan. Debemos ver en los aspectos negativos oportunidades a modo de acicate en la búsqueda del cambio y la transformación.
Hagamos una conversión de cambio evolutivo que descubra también nuestras habilidades y virtudes. Unas disposiciones que transformen nuestra conducta en positivo, mejoren nuestra aptitud, y creen las condiciones de aprendizaje y mejora personal.
Estamos viendo que la introspección personal es un método de enseñanza propia de nosotros mismos. Una forma de actuación ante la vida que nos aporte éxito, mejora y desarrollo humano. Desarrollo entendido como avance y crecimiento. Mejora a modo de perfeccionamiento en poder hacer cualquier actividad y actuación en la vida. Y éxito como culminación de todos aquellas metas, anhelos y deseos que nos planteemos realizar a lo largo de nuestra existencia vital.
Veamos en nuestras debilidades oportunidades de cambio y evolución. Y veamos en nuestras fortalezas oportunidades para conocernos mejor y poder enfrentarnos sin miedos ni corsés a nosotros mismos.
A veces nos preguntamos: ¿sabemos como somos? El saber y el autoconocimiento son cualidades que adquirimos desde la introspección personal. Desde el autoconocimiento sabemos más de nuestro interior más profundo. Tenemos un entendimiento y consciencia de todo los que nos rodea y envuelve. Y despierta nuestra inteligencia a través de la mente y el pensamiento.
Cuando hablamos de la mente a partir del autoconocimiento estamos despertando nuestras capacidades, reflexiones y juicios como personas. Aquellas que desde el entendimiento nos impregnan de observación y opinión.
La introspección personal es la herramienta que desde la visión mas profunda de nuestras emociones nos hace evolucionar y despertar las virtudes y sentimientos más subjetivos. Una piedra angular que nos aviva el saber, el talento, nuestras suficiencias y facultades propias.
Veamos desde la introspección personal nuestras capacidades mas innatas. Aquellas que desde el autoconocimiento nos hagan progresar, crecer y ser mejores con nosotros mismos y el mundo que nos envuelve.
Empecemos el camino y vayamos en la búsqueda de nuestro interior más profundo.
Introspección personal
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