Desarrollo personal, cambio, crecimiento y evolución humana

El ser humano como ser social y natural, transita en un entorno de grupo relacional dentro de la sociedad que vive.
A nivel personal, todo ser humano se encuentra en una evolución, cambio y crecimiento constante durante su vida, tanto en la situación que le envuelva o actividad que profese (laboral, personal, social).
El ser humano a través de la maduración personal interna busca un camino de progreso. Una conversión propia que es base, fundamento y su razón de ser.
No hay crecimiento sin evolución, ni cambio que no conlleve un desarrollo personal en cualquier situación, momento o trance que vivamos. Es nuestra formación como personas la que nos lleva a la maduración de nuestro ser más profundo. Un aumento de creencia en nuestras posibilidades que nos lleva al aprendizaje de nuestro «yo» más personal. Es un proceso de desarrollo en curso a modo de tratamiento y gestión de cambio y conversión de como somos.
Toda evolución humana siempre es una alteración personal, con sus dudas e incertidumbres. Una forma de ver y enfocar las cosas desde un prisma y perspectiva más real. Aquella que desde el porqué, busca la razón, el cambio y el avance. Es un cambio y crecimiento humano que desde el desarrollo personal nos hace evolucionar, avanzar y mejorar.
En cualquier persona humana, el desarrollo personal es una experiencia positiva que nos cambia el rumbo, y nos aporta un proceso nuevo de catarsis personal. Una manera de ser, un camino a seguir y un curso de vida por desarrollar.
Nuestra formación humana en la vida es una experiencia a desarrollar y un crecimiento personal constante en todos los ámbitos que profesamos.
La evolución humana siempre conlleva una alteración personal, una transformación de mejora, y una gestión de la experiencia que nos hace mejores.
Busquemos desde el desarrollo personal, un progreso de maduración y perfeccionamiento propio como conversión y aprendizaje.
El desarrollo personal es una formación humana de crecimiento y enriquecimiento natural que nos hace progresar, y nos dota de una evolución y experiencia hacia metas nuevas. Un medio de cambio, un proceso evolutivo de transformación y progreso. Un cambio que va más allá de un simple conocimiento. Es nuestro crecimiento existencial que nos provee de impulso y progreso en nuestras labores cotidianas, colectivas y personales.
No hay desarrollo personal sin una formación en valores y principios que conforman nuestro carácter, personalidad e idiosincrasia propia. Un desarrollo de aprendizaje en formación y asimilación de lo vivido. Aquel que nos hace cambiar y busca nuestra evolución más personal. Que progresa y nos lleva al avance y transformación en toda gestión, causa o proceso que acometemos.
Hagamos de nuestras vivencias, causas de aprendizaje y cambios que nos alejen de comportamientos erráticos y visiones miopes. Al revés, veamos en el cambio personal un intercambio de visiones diferentes y nuevas realidades. Aquellas que nos corrigen nuestros errores y sean permutas de nuevas ideas. Una verdadera mudanza de la zona de confort hacia nuevos conocimientos de asimilación, transformación y vivencias nuevas.
Hagamos de nuestro desarrollo personal un elemento de conocimiento mejor de nosotros mismos, con nuestras fortalezas y debilidades, con nuestra luces y sombras, pero con la energía del ánimo en ser mejores. Una resistencia que nos de aliento y se convierta en un baluarte para valorarnos mejor como personas sin miedos ni corsés.
Mostrémonos al descubierto (tal cual somos) en nuestra esencia natural con la intención de caminar en el tránsito de la vida con una aceptación personal como aprendizaje de vida y transformación humana.
La vitalidad y el positivismo son el mejor empuje de dinamismo y nervio ante las circunstancias inesperadas que se nos presenten y los momentos que vivamos. Son nuestra forma personal y estabilidad natural para afrontar con perseverancia las vicisitudes que se nos presenten en nuestra existencia vital. Hagamos de ese espíritu, la voluntad y el deseo de entereza, valor y dinamismo.
Si nuestra persona es nuestra fortaleza; aprovechémoslo también para que sea un acicate en todo lo que realicemos cotidianamente con carácter, ánimo y firmeza. Sin perder el aliento y la fuerza de nuestras creencias y convicciones.
Que nuestro desarrollo personal sea el mejor cambio, crecimiento y evolución humana. Es nuestra esencia, voluntad y naturaleza propia por descubrir y alcanzar.

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Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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