La perseverancia, fuente de estímulo y compromiso personal

En el transcurso de nuestra existencia, los seres humanos tenemos ilusiones, ambiciones, retos y metas a conseguir en mayor o menor medida. Pero, ¿logramos los propósitos que nos marcamos?. ¿Nos quedamos a veces en el intento de alcanzarlos?. ¿Desistimos fácilmente en lograrlos y los abandonamos a mitad del camino?
Todo objetivo requiere del diseño de un plan, una estrategia e ideas para su definición. Unidas a unas aptitudes y conocimientos que son el valor añadido para poder emprender y trazar el camino en su consecución.
Cuando comenzamos cualquier actividad, las personas tenemos unos comportamientos en la forma de ser y hacer las cosas. Estas capacidades propias nos afectan ante las vicisitudes de la vida, marcando la diferencia en las decisiones para afrontar una circunstancia o situación.
Los procederes de los individuos varían en función de los estímulos y la relación de nuestro entorno. Asimismo, las acciones humanas y los hechos en su desarrollo diario tienen una equivalencia entre sí. Como consecuencia, su conducta ante la obtención de un logro, desafío o finalidad adquieren la fuerza que determinan a un individuo en sus quehaceres diarios y lo implican mediante: la constancia, la tenacidad y el empeño para alcanzar el éxito (capacidades innatas y personales).
La perseverancia es la mejor aliada ante las dificultades, las interferencias, las contrariedades y el desaliento que nos aparezca.
La dedicación y la firmeza ante las actitudes e ideas definen la ejecución de las aspiraciones y las resoluciones del camino a seguir para su conquista.
Creer en uno mismo nos impulsa el ánimo ante los contratiempos actuando de vacuna y manteniéndonos constantes y firmes ante las opiniones negativas de cualquier proyecto emprendido.
Esta tenacidad nos marca los objetivos y nos transmite estar motivados y optimistas. Es el impulso enérgico de la persistencia. Una aportación de confianza interior y defensa ante las adversidades externas.
Para no caer en el fracaso, debemos alejarnos del desanimo, las vacilaciones y los pesimismos.
Aprovechar la cualidad humana de la perseverancia es una aportación a nuestros valores y principios innegable.
Apostar por un objetivo deseado ha de marcarnos una perspectiva positiva que contenga esfuerzos y sacrificios para conseguirlos ante las oposiciones externas que encontremos. Una virtud fundamental e indispensable en nuestro quehacer diario. Una fortaleza que nos genera estabilidad y confianza, despojándonos del miedo ante las dudas y manteniendo vivas e intactas nuestras convicciones.
La obstinación que conlleva la perseverancia es un valor humano fundamental e irrenunciable que propicia la estabilidad física y mental potenciando las habilidades frente a una resolución y desenlace que se nos presente. Una fuerza interna que nos hace crecer personalmente, da sentido a nuestra vida ante lo que soñamos, creemos y luchamos por ganar. Un aliento en nuestro caminar y lucha. Una motivación de compromiso y animo profundo de trabajo y disciplina que no nos amilana ante lo desconocido haciendo inquebrantable nuestra fuerza de voluntad.
El mayor vinculo de unión de la perseverancia es cuando va acompañada de la paciencia, que es su mejor socia y compañera de viaje. Verdaderos estímulos que nos dotan del entusiasmo necesario en las relaciones humanas ordinarias de convivencia. Es un autentico incentivo para seguir creyendo en nosotros mismos y en nuestras creencias personales, que nos hacen seguir sintiéndonos vivos y nos hacen reaccionar ante los impedimentos y trabas. Es un estímulo personal de consistencia ante nuestras ideas y proyectos, aumentándonos la capacidad de superación en los conflictos y situaciones difíciles sin alejarnos de nuestros intereses a seguir.
Si nada es fácil y todo necesita de un esfuerzo, la perseverancia es el elemento imprescindible para que lo llevemos consigo nuestro como especial partidario.
La solidez en nuestras opiniones e ideales marcan el destino de nuestros pensamientos y esperanzas de conquista.
Los anhelos y la culminación de nuestros deseos son el acicate que nos reconforta en el empeño de lucha que es la palanca para el alcance de nuestros logros como fuente de estímulo y compromiso personal de superación y crecimiento. Por tal motivo, la perseverancia nos hace fuertes, nos aporta energía vital y la tenacidad compacta y resistente frente a las contingencias que desarrollamos diariamente.
El valor y la entereza son principios que nos orientan para poder seguir creyendo firmemente en nuestras convicciones sin decaer ni desfallecer en el intento. Son el camino para que nuestras deseos, ilusiones y aspiraciones puedan ver la luz y se hagan realidad.
Lo importante no solo es conseguir que nuestros propósitos puedan llevarse a cabo, sino tener el afán, el estímulo y la lucha para ir en su búsqueda.
Cuando alejamos de nuestra mente el «no» como respuesta estamos más cerca de cualquier desafío, de poder materializarlo y de seguir apostando por nuestros juicios y fundamentos, independientemente de la circunstancia de actuación personal que conforman nuestra doctrina inequívoca propia y singular.
Ya lo decía el filósofo romano Séneca: «Persevera y triunfarás».

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Acerca de Lorente Andía

Reflexiones y análisis sobre el pensamiento humano y nuestra sociedad.
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Una respuesta a La perseverancia, fuente de estímulo y compromiso personal

  1. Excelente comentario ; si sabes para adonde vas ; no debes preocuparte de cuanto tiempo te vas a demorar; sabes el camino y lo disfrutas; «Maluco también es bueno»

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