Vivimos en una sociedad competitiva donde nuestros comportamientos y actitudes marcan e influyen en nuestro día a día en los diferentes campos de actuación que participamos, tanto a nivel personal, profesional, laboral y de relación. La imagen, idea o pensamiento que tengan de nosotros influyen a favor o en contra en nuestra vida cotidiana que llevamos a la práctica.
En todo momento y lugar nos estamos vendiendo. Por tal motivo, debemos desarrollar al máximo estrategias de marketing que ayuden a mejorar nuestra imagen como persona ante los demás. Unas estrategias de actuación que despierten la atención de nosotros en los demás, creen interés, identifiquen necesidades, atraigan el deseo, y la acción nos sirva como respuesta a la demanda de nuestros interlocutores.
Es necesario saber desarrollar nuestras ideas, experiencias, conocimientos, habilidades y competencias dándoles soluciones acordes y en función de sus necesidades y no las que nosotros queramos venderles.
Nuestras capacidades, habilidades y competencias nos han de servir como plan de actuación a seguir y estrategia de marketing en la relación social. Unida a la autoconfianza propia, percepción y actitud personal.
En la venta no hay una segunda oportunidad de dar una primera impresión. Por ello, es necesario e importante implementar habilidades y técnicas de ventas acorde a los objetivos y resultados a alcanzar.
Hay que utilizar el marketing como herramienta de generación de confianza y satisfacción. La comunicación y la psicología han de ser los ejes que marquen nuestra relación en la venta de nuestras aptitudes que nos aporten valor de competencia, validación e imagen en nuestras relaciones sociales como garantía de éxito personal. Estamos ante nuestra verdadera carta de presentación e impresión que podamos transmitir.
Marketing personal
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