La perseverancia en las convicciones de los individuos de una sociedad ante sus metas y retos han de servir como transformación en la búsqueda de su mejora social y humana. Las ilusiones y anhelos compartidos conjuntos deben ser el estimulo ante las dificultades para hacer sociedades más justas y solidarias. Las sociedades avanzan cuando son creativas, dinámicas y sus ciudadanos aportan iniciativas al bien común. Cuando sus ciudadanos se instalan en la comodidad y el confort, las sociedades pierden su espíritu critico para seguir avanzando en sus conquistas sociales y colectivas.
La mejor forma de que las sociedades no se resignen es abandonar el inmovilismo, la apatía y el desanimo. Hay que evitar caer en la resignación y la frustración. Así podremos conseguir sociedades con futuro, de todos y para todos. Si ese es el camino, empecemos a caminar en busca de un futuro mejor. Aún estamos a tiempo.
La perseverancia en las sociedades
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