Ante las nuevas necesidades de nuestra sociedad tanto a nivel material como de nuestro estado del bienestar, la economía ha de estar al servicio de las personas y sus problemas, no debiendo pagar las malas practicas y actitudes de especulación junto a la corrupción que estamos viviendo y la inmoralidad de los mercados financieros que nos han llevado a una situación critica donde el sufrimiento y el desanimo predominan ante un futuro de desesperanza e incertidumbre.
La economía al servicio de las personas
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